Mateo 8, 5-11. Al entrar en Cafarnaún se le acercó un centurión y
rogándole:
-Señor, mi criado está echado en casa con parálisis, sufriendo terriblemente. etc, etc, etc,
Te resumo: Jesús se ofrece para ir a curar al criado del centurión, él le dice que no, que
" basta con que digas de palabra y mi muchacho quedará sano".
Como siempre te digo, si te quedas con el " Harry Potter" de Jesús, siempre te vas a
perder la verdadera enseñanza del Nazareno. Veamos: Un centurión romano era
responsable de cien legionarios, y tenían que hacer un juramento de fidelidad al Emperador,
al que se veneraba como al " Dios" que era.
Mateo, sobre el año 80, les dice a su comunidad que lo más importante no era la fidelidad
al emperador, sino la fuerza de la bondad ante el sufrimiento de un siervo. A jucio de Jesús,
lo decisivo no es la religión a la que uno pertenece, sino la sensibilidad ante el sufrimiento.
Esto es lo decisivo para el Evangelio. Y en esto estuvo la " revolución religiosa" que
puso en marcha el Nazareno. Lo que conmovió a Jesús fue la preocupación del centurión
por su siervo, no si era judío o pertenecía a su movimiento.