¿ Se puede pensar seriamente y de forma rigurosa en un cristianismo no-religioso?. Jesús
fue profundamente religioso, hablaba de Dios a todas horas, lo ponía como ejemplo y
modelo ( Mt. 5, 43-45), le rezaba, le pedía y se relacionaba con él familiarmente ( Abba).
¿ Entonces?, es muy sencillo. Jesús modificó el concepto de religión, la experiencia
del hecho religioso y la manera de vivirlo. Y no en una ocasión particular, no. A lo largo
de su vida los conflictos con los sacerdotes, con los maestros de la ley y los observantes
fariseos, con el templo y con las normas religiosas fueron tan frecuentes y aumentaron de
tal manera, que al final desembocó en juicio, condena y muerte.
El galileo Nazareno nos enseña que se puede ser, a la vez, religioso y anti-religioso. La
intimidad con Dios nos puede llevar a vivir en desacuerdo, y hasta en conflicto, incluso
mortal, con los "representantes oficiales de Dios".
