EL -AUTÉNTICO- JESÚS DE NAZARETH ( 25 )

22.04.2016 21:21

El exorcismo en Gadará:

Este es uno de los pasajes mejor conocidos de los evangelios, y uno de los más complicados de entender si careces del contexto real. La anécdota es simple: Jesús llega a la región de Gadará, y es recibido por un “endemoniado” (Mateo menciona a dos) que le dice que ha venido a “atormentarlo antes de tiempo”. Jesús lo exorciza, y le pregunta su nombre al “demonio”. “Legión, porque somos muchos”, contestan. Al recibir la orden de irse, piden permiso para quedarse en un hato de cerdos, que inmediatamente corren y se despeñan. La gente del lugar, en vez de agradecer a Jesús, le pide que se retire del lugar.

Hay dos aspectos extraños en el relato, que lo diferencian de otros exorcismos: en primer lugar, la negociación. En los demás relatos, Jesús simplemente expulsa a los “demonios”, pero aquí les permite reubicarse, para de todos modos “morir”. En segundo lugar, la reacción de la gente, que en vez de sumarse a los que celebraban cada milagro de Jesús, lo consideran “peligroso” y le piden que se retire de la zona.

¿Qué hay detrás de este extraño relato? Ya hemos visto que los exorcismos anteriores nos sugieren la pista de que los “endemoniados” son, en realidad, personas de una postura ideológica opuesta a Jesús. Una cosa está clara, de entrada: el “endemoniado” es alguien que estaba, por decirlo de un modo simple, en el bando contrario al proyecto de Jesús, y que tuvo una entrevista seria e importante con el príncipe Esenio cuando este llegó a la región de Gadará.


Es evidente que Jesús lo convenció de cambiar su postura, porque el relato trata de su “exorcismo”. Incluso, al final del mismo, el “endemoniado” sanado le pide a Jesús que lo deje ir con él, pero Jesús lo deja a cargo de su proyecto en la zona.


Si el relato sólo hablara de eso no habría problemas para entenderlo. Pero está el asunto de los dos mil demonios, su nombre (“Legión”), y los cerdos que se despeñan.
Evidentemente, el “endemoniado” confrontó a Jesús con una situación más compleja que los otros “exorcismos”: su “posesión” (entiéndase: su militancia a favor de otra postura) era consecuencia de estar poseído por una “Legión”.


Y aquí vienen los aspectos complejos para las Iglesias y Sectas de hoy que no investigan y solo inculcan Dogmas: en esa época, la Décima Legión Fretensis de Roma tenía su sede en Damasco, pero tenía como sede secundaria la ciudad de Gadará. Cada legión romana estaba integrada por casi seis mil soldados, repartidos en diez cohortes.
¿Se refiere el pasaje a las tres o cuatro cohortes que estaban acantonadas en Gadará? Muy probablemente, y eso lo sabemos por uno de los emblemas usados por la Décima Fretensis: el jabalí (un cerdo, al final de cuentas). Es muy factible, entonces, que la militancia de este “endemoniado” (evidentemente, un personaje destacado de la política local) estuviese determinada por la presencia de un grupo de dos mil soldados romanos. El asunto capital es el siguiente: los dos mil “cerdos” se despeñaron y ahogaron en el mar.

¿Implica esto que hubo un enfrentamiento armado entre la gente de Jesús (deducimos que ya organizados como ejército) y un contingente de tres o cuatro cohortes romanas de la Décima Fretensis en la zona de Gadará? Y además, con un resultado que nadie se hubiese esperado: la derrota aplastante de la tropa romana. En términos simples, es la deducción más fácil de obtener a partir de los elementos del relato, confrontados con los datos históricos sobre la distribución de tropas romanas en la zona.

De todos modos, a la luz de la posibilidad de que este pasaje nos relate una impactante victoria militar de las tropas de Jesús en la zona de Gadará, resulta perfectamente entendible por qué la gente del lugar tuvo miedo, y no se incorporó al grupo que le festejaba todo a Jesús: era evidente que, tan pronto como en Damasco se enteraran de lo sucedido, vinieran las represalias romanas.


Con los datos históricos que te he proporcionado ya sabes quien fue el endemoniado y los cerdos.

 


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