EL APOCALÍPSIS NO LO ESCRIBIÓ JUAN
Su inclusión en el Nuevo Testamento no fue fácil: la
lista canónica del Nuevo Testamento del Sínodo de
Laodicea (363-364) no lo incluye, así como la versión
siriaca en arameo del Nuevo Testamento según la
Vulgata Latina, conocida como Peshitá.
La controversia se resolvió cuando el papa Dámaso I lo incluyó en el canon del Nuevo Testamento en los concilios de Hipona (393) y Cartago(397).
La perspectiva que ha manejado tradicionalmente el
cristianismo es que el Apocalipsis fue escrito por el
Anciano (Presbítero) Juan, durante su destierro en
Patmos, ubicado por Eusebio de Cesarea en 95 DC.
Acaso, pudo también ser escrito posteriormente en
Éfeso, aunque basado en las visiones que Juan tuvo en Patmos.
Los códigos apocalípticos fueron diseñados por un
grupo sectario de carácter hermético, y es muy claro
que, fuera de sus límites, no se produjo material que
pueda definirse como apocalíptico.
De entrada, esto descarta que el Apocalipsis de Juan
haya sido escrito por un cristiano, durante la persecución de Domiciano.
¿Cómo se originó, entonces, este libro? Guste o no, de
un modo bastante más prosaico: después de la guerra
contra Roma, una serie de textos apocalípticos (o
fragmentos) llegaron a manos cristianas, y fueron
reelaborados y reinterpretados en dichas iglesias.